Ordenación de Bodisatva
Miércoles 18 de Agosto 2010
A las 12h.
en el Templo Zen Luz Serena
Por numerosos que sean los seres,
hago el voto de liberarlos a todos.
Por numerosas que sean las oscuridades,
hago el voto de iluminarlas todas.
Por profundo que sea el Dharma,
hago el voto de fundirme en él.
Por maravillosa que sea la Vía del Buda
hago el voto de realizarla.
¿Por qué quiero ser bodisatva?
Desde el primer momento en que me senté a meditar, como consecuencia de la determinación de querer ‘ser mejor persona’, hace ya casi tres años, hasta ahora, han transcurrido largas jornadas de introspección y escucha atenta de mi interior.
Ello me ha valido para conseguir una calmada serenidad que se ha traducido en una mejor interacción con el medio que me rodea. Colmado de compasión, con la firme aceptación de mi ser al completo, incluyendo las sombras más oscuras, muchas tensiones han desaparecido.
Mi instructor, con su abnegado ejemplo día tras día, trabajando codo a codo; los cortos pero intensos momentos vividos en Luz Serena, la lectura de los maestros…
Durante este tiempo he aprendido unos valores para ser más feliz en esta vida. El camino del Zen me ha despertado, me ha permitido bucear en mi interior, reconocer lo verdaderamente importante, cambiar el rumbo y comenzar a caminar en la dirección adecuada.
El momento presente, la conciencia del instante, la aceptación del cambio continuo, la observación atenta de mi ser, una mejor comprensión y mayor compasión hacia mí mismo y hacia los demás, la paciencia y perseverancia, el esfuerzo, la tenacidad, la voluntad, el amor, la humildad, todas cualidades que he reconocido como claves del camino y que ahora, en el PEB encuentro como votos del bodisatva. Por tanto, si esas son las directrices de la vida del bodisatva, yo quiero ser bodisatva, pues ya he experimentado la felicidad que supone comprometerse con ellas y practicarlas como parte de la forma de caminar por esta vida.
Inmersos en la catarata de vida creada por la civilización en que vivimos, a donde nos arrojan de pequeños como esclavos a los leones, no resulta fácil llegar a la otra orilla y cambiar el rumbo, dirigirnos hacia el camino que permite beber del manantial de agua dulce sin que saciar nuestra sed suponga caer irremediablemente y de forma vertiginosa hacia el vcío de la catarata.
Por tanto, con la firme determinación de querer seguir el sendero aguas arriba, ir contracorriente, necesito buscar refuerzos donde aferrarme, tal es la presión del agua. Considero que esos peldaños serán diversos dependiendo de la etapa del camino en la que me encuentre y uno de ellos, el que tengo más cerca, es el de ordenarme bodisatva.
Ganar energía y seguir avanzando.
Un compromiso y un repostaje, formar parte de una familia, crear el campamento base desde donde partiremos para la siguiente etapa, continuar hacia la cumbre de esa montaña que no vemos pero si sentimos.
He aquí por qué quiero ser bodisatva.
Extracto de una carta dirigida al maestro Dokushô Villalba por un practicante zen.
Muchas gracias Maestro
ResponderEliminarSigo con mucho interés todas tus entradas, es
una pena que esteis tan lejos y no pueda asistir como me gustaría
a través de una moje budista laico (instructor )
estoy unida con el corazón a tod@s y a vuestras prácticas y vuestra filosofía
Recibe un abrazo y mi agradecimiento por poder entrar a tu blog