domingo, 20 de junio de 2010

Nuevo libro: KÔMYÔ, Clara Luz


Kômyô,  Clara Luz, es uno de los capítulos más desconocidos del Shôbôgenzô, la Preciosa Visión del Dharma Verdadero, obra magna del maestro zen japonés Eihei Dôgen. La enseñanza contenida en él fue impartida por Dôgen a la pequeña comunidad monástica del templo Kosho Horin-ji, fundado por él en Uji, Kyôto, en el 1233 antes de que  se trasladara a la provincia de Echizen, actual Fukui, para fundar Eiheiji. Esta enseñanza fue transmitida a los monjes el 2 de junio de 1243, durante el retiro intensivo de verano, un día en el que la lluvia caía suavemente de los aleros del templo, como escribe el mismo Dôgen al final del texto. El término Kômyô está formado por dos kanjis: el kanji se traduce como “luz”; el kanji myô como “clara o maravillosa”. Clara Luz se refiere a la experiencia de la iluminación o despertar en el que la verdadera naturaleza de todo lo existente se manifiesta en su claridad esencial.

La traducción y los comentarios del maestro zen Dokushô Villalba recuperan este texto tan desconocido haciéndolo accesible al lector contemporáneo.
Kômyô, Clara Luz, ha sido publicado por Ediciones Miraguano a mediados de junio del 2010. Disponible en las principales librerías, en los centros de la CBSZ, en la página web de la editorial y en los principales librerías on-line.


KÔMYÔ
“Clara Luz”
 
(extracto)
El gran Maestro Chôsa Shôken de de la provincia de Konan que vivió durante la dinastía Song, dijo una vez a sus discípulos:

“El universo entero que se extiende en las diez direcciones 
no es más que el Ojo de este monje.
El universo entero que se extiende en las diez direcciones 
no es más que la palabra cotidiana de este monje.
El universo entero que se extiende en las diez direcciones 
no es más que el cuerpo de este monje.
El universo entero que se extiende en las diez direcciones 
no es más que la Clara Luz del Sí Mismo.
El universo entero que se extiende en las diez direcciones 
permanece en el seno de la Clara Luz del Sí Mismo.
En el universo entero que se extiende en las diez direcciones 
no hay ni un solo ser humano que no sea el Sí Mismo”.

Estudiad siempre con aplicación la Vía del Buda. No os relajéis con el tiempo ni os alejéis de ella. Son muy pocos los seguidores de la Vía que han obtenido la Clara Luz de la Iluminación.
Esta enseñanza fue transmitida a los monjes la tarde del 2 de junio de 1243, en Kannon-dori, Koshohorinji durante la estación de lluvias mientras la lluvia caía de los aleros.  

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