martes, 24 de febrero de 2009

Comentarios sobre el libro Zen en la plaza del mercado

Zen en la plaza del mercado: Claves zen para comprender y sanar el malestar existencial en la era de la globalización es el libro del maestro Zen Dokushô Villalba. Monje budista Zen español que ha dedicado gran parte de su vida a la práctica y la enseñanza del budismo Zen. Empezando por Francia, diversas ciudades de España, Japón y actualmente el templo de Budismo Zen Luz Serena que se encuentra en la localidad de Requena (Comunidad valenciana).

Este libro me decidí a comprarlo un día en el que no tenía intención alguna de hacerlo, pero sentía curiosidad simplemente por verlo y tocarlo, y desgraciado de mí, decidí comprarlo. Con ese plan, no sabía muy bien que iba esperar del libro, así que decidí no esperar nada y dedicarme a atestiguar cada página, tan ricas y llenas de sabiduría.

El libro consta de tres partes, en la primera hace una introducción, a mi entender, sublime. Describe muy bien que es el budismo, que es el Zen y cómo se practica la práctica del Zazen. Todos aquellos que creen que el meditar es sentarse con las piernas cruzadas y dejar pasar el tiempo en un estado de aburrimiento y resignación deberían leer -pues es como si un analfabeto recién traido de la selva le llevas a un bibilioteca y ve a un montón de gente sentada mirando algo que dicen ser un papel, pensará “¡qué aburrido, pero eso para que vale!” mientras que los estudiantes están en el mundo el intelecto interior tan rico de ideas e ideales-. Leyedo este libro me he dado cuenta de la gran influencia budista que tiene Ken Wilber, no obstante es practicante Zen desde hace más de 30 años, y en su teoría del modelo integral se le nota. Así como se le nota a Dokushô Villalba cómo interiormente resuena con el modelo, distingue muy bien las cara interior y exterior de lo individual y de lo colectivo. Sin duda dos hombres sabios. Dokushô el guru y Ken el Pandit. (Nota: quiero aclarar que la conexión Wilber-Villalba es personal e ideológica. Hasta donde yo se no tienen relación alguna).

En la segunda parte del libro empieza con una introducción al actual sistema de lo que llama el Dios mercado, es decir, el hombre al servicio del comercio y no el comercio al servicio del hombre. Me ha recordado al reciente documental que he visto (cortesía de Nosce) El dinero es deuda. Para mí es la parte que más flojea, con creces, hasta el punto que casi dejo de leer el libro porque me estaba resultando la clásica crítica al modelo socioeconómico actual desde una persepectiva meramente externa, victimista y opresiva. Y no digo que las diez leyes del mercado que se saca de la manga no sean ciertas, pero son demasiado parciales. La realidad es mucho más compleja, y en estas leyes reduce todo el malestar humano actual al sistema que se nos ha impuesto.

“Nuestros gustos musicales, nuestras aficiones, nuestros pensamientos, nuestra manera de ver las cosas, las novelas que leemos, las noticias de la prensa escrita, de la hablada y de la visualizada, las películas a las uqe tenemos acceso, el color de las paredes de nuestra casa, los adornos del mueble bar, lo políticamente correcto, nuestros conceptos del bien y del mal, todo es fruto de una programación a distancia, es decir, de una teleprogramación.”

Es a este tipo de párrafos parciales tomados como absolutos los que hacen bajar el nivel de la primera (y la tercera) parte del libro. Con la tercera parte, Zen en la plaza del mercado, integra la filosofía y práctica budista en el sistema sociocultural en el que vivimos para alejarlo de la disociación en la que nos encontramos y devolverlo a un equilibrio donde el comercio y el mercado esté al servicio del ser humano. En esta parte une la enseñanza de Buda a la sociedad aplicándolas a nosotros mismos mediante la visión correcta, la intención correcta, la palabra correcta, la conducta correcta, el medio de vida correcto, el esfuerzo correcto, la atención correcta y la meditación correcta

En resumen, en Zen en la plaza del mercado me he encontrado la visión de todo un Maestro Budista compartiendo las enseñanzas del budismo. Un libro en el que se describe de manera sublime qué es el budismo, en el que pone de manifiesto las claves para comprender y sanar el malestar existencial en la era de la economía de mercado, que erra en la argumentación socio-económica del status-quo actual y que da con las claves de desarrollo personal, y del despertar del individuo para la transformación colectiva.

Con el corazón y los pies desnudos
regresas a la plaza del mercado.
Tu sonrisa brilla bajo las cenizas.
No haces milagros y, sin embargo,
allí por donde pasas,
florece la primavera.

LA DOMA DEL BUEY,
KAKUAN SHIEN (1100-1200)

El zen en la plaza del mercado - tercera parte.

2 Octubre 2008

Fuente: Ondas en la superficie del Ser
http://integrativo.net/blog/2008/10/02/valoracion-zen-en-la-plaza-del-mercado/

Visita de la Directora General de Ciudadanía e Integración el templo Luz Serena

Visita de la Comunidad Budista Soto Zen-Templo Luz Serena.

Dentro de las actuaciones que sigue la Dirección General de Ciudadanía e Integración para fomentar el diálogo interreligioso con las diversas confesiones asentadas en la Comunitat Valenciana, la directora general de Ciudadanía e Integración, Mabel Manglano, acompañada de la Jefa del Área de Ciudadanía y Redes Sociales, Isabel Zafrilla, visitó el 23 de septiembre la comunidad budista Sotozen, en la población de Casas del Río (Requena).

Allí fueron recibidas por el maestro Zen y director del Templo Dokushô Villalba y por Isabel García, responsable de relaciones institucionales del Templo, que les acompañaron en una visita guiada del mismo y sus instalaciones.

Tras recibir la información sobre el funcionamiento y estructura de la comunidad se estudió el contenido del convenio de colaboración que la conselleria de Inmigración y Ciudadanía tiene previsto firmar con dicha comunidad, y además se concretó la posibilidad de celebrar un encuentro interreligioso en el que estarán presentes diferentes confesiones, como lugar de diálogo e intercambio de ideas sobre la convivencia religiosa.

Para finalizar la visita se celebró una comida con todos los monjes del Templo.

24.09.2008


Fuente: http://www.cic.gva.es/index.php?option=com_content&task=view&id=927&Itemid=9

lunes, 23 de febrero de 2009

VIDAS SINGULARES

El maestro zen de la campiña

Un utrerano, hijo de jornaleros y antiguo activista de Acción Católica, es uno de los referentes del budismo zen en el mundo. Propone crear una nueva cultura del deseo, alejada del consumismo.

Patricia Godino
05.05.2008


A Dokusho Villalba le siguen llamando Paco o Paquito cuando regresa a su Utrera natal. Da igual que tenga la cabeza rapada al cero, vista los ropajes marrones característicos de los maestros budistas o que el ceceo propio de la campiña sevillana haya dejado paso a una voz grave, pausada y serena. Él, en el pueblo, es Paco Villalba, el hijo de una pareja de jornaleros y maestro zen del templo Luz Serena, en Valencia.

Parece un binomio imposible, pero se trata de los orígenes y de la vida actual de “un joven que iba para funcionario” y es hoy maestro de una rama del budismo que se remonta al siglo V. Lo que muchos conocen como zen, a través de la televisión y la publicidad actual, “nada tiene que ver” con lo que es en realidad, según Dokusho. El zen viene de antiguo. Llegó a Occidente en la segunda mitad del siglo pasado y fue muy apreciado por los intelectuales y artistas de la época.

Dokusho Villalba, uno de esos pioneros de la tradición del “despertar existencial”, recuerda cuál fue la espita que lo llevó a convertirse en lo que es hoy. “Desde que era niño he sido muy sensible al sufrimiento. Mis padres eran jornaleros andaluces de sol a sol. No entendía muy bien por qué unos vivíamos tan mal y otros tan bien. Estudié en los salesianos de Utrera y tuve una educación católica tradicional”, cuenta este maestro zen cuyo padre ha sido costalero y devoto de la Virgen de la Consolación, patrona del pueblo. “Comencé a trabajar de joven en los grupos de Acción Católica, en campañas de alfabetización en los barrios marginales y entré a formar parte de la Hermandad Obrera de la Acción Católica, germen de Comisiones Obreras, con el afán de ayudar a transformar la estructura social. De ahí pasé a la lucha política contra la dictadura franquista. Pero me di cuenta que no era suficiente porque el virus estaba en el interior de cada ser humano y las estructuras sociales habían sido creadas por el hombre”, relata.

En 1977, Paco, con 21 años, estudiante de Magisterio, con novia, de familia humilde e inmerso en el confuso aperturismo de los primeros años de democracia, tuvo una crisis “fuerte”. Un día acudió a una conferencia que daba un monje zen en la Facultad de Filosofía. Y vio la luz. “Me interesó, empecé a practicar la meditación en un centro de Sevilla y me di cuenta que había un camino para mí”, dice. Así, dejó Magisterio, trasladó su residencia a París, recibió la ordenación de sacerdote budista zen del maestro japonés Taisen Deshimaru y completó su formación en varios monasterios de Japón.

“Mi familia creía al principio que me había captado una secta o algo así”, dice entre risas. “Eran muy creyentes y el hecho de que yo abrazara otra religión fue un pequeño gran drama para la época. Con el tiempo vieron que estaba bien y que, simplemente, había optado por otra forma de vida”, asegura a la vez que apunta que las diferencias existentes entre el budismo y el soto zen son “anecdóticas”.

En la religión que profesa Dokusho el humor, por ejemplo, tiene “una importancia total”. “La tradición budista es una de las pocas que tiene la capacidad de trascenderse a sí misma, de relativizarse. El zen no está basado en escrituras ni dogmas, surge todo a través de la meditación”, explica este monje, divorciado y padre de un adolescente de 18 años. También tiene una hermana, Gracia, monja budista en Sevilla y acupuntora. Precisamente fue la capital andaluza la que acogió el primer centro zen de España, que aún funciona hoy, y ciudad que ha irradiado al resto de provincias el interés por esta forma de meditación.

Pero que nadie se llame a engaño. Según el maestro Dokusho, “el zen no propone recetas fáciles”, propias de la caricatura que de la práctica del budismo se ha hecho por parte de los que no lo conocen. “A lo que invita el zen es a la reflexión para que cada uno encuentre el camino para ser feliz. A saber lo que necesitamos, lo que realmente deseamos, explica.

A eso enseña en su libro, Zen en la plaza del mercado (Aguilar), a ayudar a crear una “nueva cultura del deseo en una sociedad de consumo”. “Generar deseos es muy fácil y gratuito, pero satisfacerlos cuesta caro. Nos encontramos con un montón de deseos insatisfechos que generan frustración y malestar existencial. La solución no es satisfacer todos los deseos sino aprender a reducirlos para que uno pueda ser feliz con menos”, propone este monje que define al hombre pobre como “aquél que nunca tiene suficiente”.

En una sociedad globalizada y consumista, Dokusho es tajante: “Se puede vivir fuera del mercado. Eso no implica pérdida sino libertad”. Comercio justo, consumo justo, producción justa. Son ideas que propone este utrerano al que le gusta terminar sus entrevistas con este haiku , poema tradicional japonés: “Después del canto del búho el silencio de la montaña es más profundo aún". Lo esencial no puede ser expresado con palabras. Por eso Dokusho, Paco, Paquito, el mayor de cinco hermanos de una familia de jornaleros, prefiere la meditación al ruido del mercado.

Más información: www.dokusho.eu
Fuente: Diario de Sevilla
http://www.diariodesevilla.es/article/rda67/117830/maestro/zen/la/campina.html

Entrevista en La Voz de Utrera

Entrevista al maestro zen Dokushô Villalba

Jue, Oct 9, 2008

Manuel Moya

-¿Cómo llega un ciudadano natural de Utrera a ser nombrado maestro budista zen en Japón?

- Bueno, es algo asombroso. El mundo actual es realmente una aldea global. Los medios de transportes modernos permiten viajar a todos los rincones del planeta en relativamente poco tiempo y esto hace que las personas y las ideas se expandan por todas partes. Yo tenía claro desde muy joven que quería salir de Utrera. Siempre he tenido inquietudes. Cuando estaba estudiando Magisterio en Sevilla conocí a un monje zen español criado en Francia. Dio una conferencia a la que asistí y comencé a practicar meditación zen en el centro que abrió en Sevilla. La meditación zen me conmocionó interiormente, es una práctica muy poderosa. Así que un año después viajé a París y recibí la ordenación de monje zen del maestro japonés Taisen Deshimaru. Junto a él estuve hasta que murió en el 1982. Dado que mi formación como monje no estaba completa, viajé a Japón buscando un nuevo maestro y lo encontré en la persona de Shuyu Narita, abad del templo Todenji, en el norte de Japón. Durante una década estuve viajando cada año a Japón, donde solía residir dos o tres meses cada vez. Estudié con mi segundo maestro y en los principales monasterios zen japoneses. En 1987, mi maestro consideró que mi formación estaba madura y me reconoció como su sucesor. Años más tarde, la escuela Soto Zen japonesa me reconoció también como maestro zen.

- La regla primordial de un maestro es……

- Un maestro zen vive entregado a la práctica y a la enseñanza del budismo zen. En mi caso fundé el templo zen Luz Serena y la Comunidad Budista Soto Zen española, así como varios centros en distintas ciudades españolas. Esto hace que alrededor de nuestra Comunidad haya unas cinco mil personas practicando meditación zen y mi función es la de enseñarles y orientarles en este camino. El principal voto que hacemos en el zen es el de trabajar por el Bien de todos los seres vivientes.

- ¿Cuál es su experiencia vital más importante?

- La vida de cada día es lo más importante, si no lo único. La maravilla es levantarse por la mañana y recibir la luz del sol, abrir los ojos y ver la belleza que nos rodea, oír, sentir, entrar en contacto con los demás seres humanos y con todos los seres vivos. La vida en sí es la experiencia más importante. Algo muy simple pero que muy a menudo olvidamos.

- ¿Qué es el amor, maestro?

- Amar es querer siempre el bien de la persona amada. A menudo confundimos amor con posesividad, o con apego. Lo contrario del amor no es el odio sino el miedo. El amor nos abre y nos expande, el miedo nos cierra y nos contrae. El miedo nos impulsa a protegernos y a encerrarnos en espacios limitados en los que nos sentimos seguros. El amor por el contrario nos lanza a espacios abiertos en los que nos sentimos vulnerables y frágiles. Hay que ser valiente para amar. Por lo tanto, el amor no es un refugio sino una puerta hacia la libertad.

- ¿Cómo educar a un hijo, qué debemos transmitirle?

- Cada ser humano es distinto y un mismo ser humano atraviesa muchas etapas en su vida. La educación debe tener en cuenta las características individuales de cada persona y sus necesidades concretas en cada momento de su vida. En general, si transmitimos intolerancia y violencia a nuestros hijos, haremos de ellos personas intolerantes y violentas. Si les transmitimos respeto y amor, ellos serán personas amorosas y respetuosas. La educación zen es parecida a la mayéutica socrática: no se trata de atiborrar a nuestros hijos de conocimientos y de normas sino de permitir que ellos mismos desarrollen sus valores y sus cualidades innatas.

- ¿Quiénes son nuestros semejantes, las demás personas?

- Los demás son la otra parte de nosotros mismos. Nadie es nadie por sí mismo. Somos nuestras relaciones. Es decir, que para ser lo que somos necesitamos a los demás y los demás nos necesitan a nosotros. El Buda enseñó que todos los seres vivientes existimos únicamente en el seno de una compleja red de interrelaciones. A esta ley fundamental del universo la llamó interdependencia. Todos somos interdependientes con todo. Nos necesitamos mutuamente. A menudo rechazamos a los demás porque vemos reflejados en ellos cosas que no nos gustan de nosotros mismos y en vez de reconocer lo que no funciona en nosotros mismos lo proyectamos en los demás. El Otro encarna a veces la sombra del yo. El racismo y el chovinismo, la intolerancia hacia lo Otro, lo distinto, se basa en esto. Por ello, para tener una buena relación con los demás es imprescindible que tengamos una buena relación con nosotros mismos.

- ¿Qué es para usted vivir? ¿Lo hacemos de manera adecuada?

- Vivir es vivir: abro los ojos, respiro, camino, trabajo, me canso, descanso, amo, siento alegría o tristeza. La vida no es otra cosa que la vida y el fin último de la vida es vivir en el mayor estado de paz y de felicidad interior posible. Todos aspiramos a la felicidad, sea como sea que cada uno defina este término. Si nuestra forma de vida nos aporta esta paz y esta felicidad entonces es que nuestra manera de vivir es adecuada. De lo contrario, debemos preguntarnos qué es lo que no está funcionando. Por regla general, las causas de nuestra aflicción o de nuestra felicidad se encuentran en nuestra propia mente y no tanto en las circunstancias externas.

- Estaremos encantados y agradecidos de que nos deje una frase, pensamiento o enseñanza suya para finalizar la entrevista…

- Voy a contar una historia zen: “Hace mucho tiempo, en un país lejano, vivía un rey que quiso conocer la esencia y el sentido de la existencia humana. Reunió a todos los sabios de su reino y les pidió que le resumieran la historia del ser humano. Los sabios se reunieron y pusieron en común todos sus conocimientos. Al cabo de seis años pusieron por escrito su sabiduría en seis gruesos tomos y con ellos acudieron al rey.
Este les dijo: “Soy anciano y no tendré tiempo de leer estos libros tan voluminosos. Por favor, hagan una versión más resumida”.
Los sabios volvieron a ponerse manos a la obra y al cabo de tres años resumieron sus conocimientos en tres tomos.
El rey les dijo: “Incluso tres tomos son demasiado porque ya tengo la vista muy cansada y a penas puedo leer. Por favor, hagan una versión más reducida aún”.
Los sabios trabajaron concienzudamente durante un año al cabo del cual se presentaron ante el rey con un solo volumen. Pero el rey era ya muy anciano y se encontraba en su lecho de muerte.
Les dijo: “Ya no puedo leer nada. Mi corazón se entristece al pensar que voy a morir sin conocer la esencia de la vida humana”.
El más anciano y sabio entre los sabios se acercó al rey y le dijo al oído: “No se preocupe su majestad. Le diré en pocas palabras lo que desea saber: el ser humano nace, crece, vive, envejece y muere”
Al oír esto, el rey expiró y murió en paz”.

Nuestro tiempo de vida es precioso. Cada uno de nuestros instantes desaparece para no volver nunca más. Por ello debemos vivir cada instante como si fuera el último, con la misma entrega e intensidad que cuando tratamos de apagar un fuego prendido en nuestros cabellos. Muchas gracias a La Voz de Utrera por esta oportunidad.

Fuente: La Voz de Utrera

La sexualidad en el budismo


Entrevista a Dokushô Villalba para la revista QUO

Antes que nada me gustaría aclarar que no hablo en nombre del Budismo sino en mi propio nombre, como persona singular. Mi punto de vista no obstante está impregnado por mi propia comprensión del Budismo, en concreto, de la tradición budista zen en la que fui iniciado hace 30 años y que regularmente enseño en el templo Luz Serena.

- ¿Como aborda el budismo la sexualidad y las relaciones de pareja?

- La percepción de la sexualidad en la tradición budista varía según las escuelas, los países, las culturas y las épocas. Los budistas occidentales de este siglo XXI abordamos la sexualidad de una forma muy diferente a como pudieron hacerlo los que vivieron en India en el siglo V antes de cristo. Aún hoy día, las culturas budistas de Asia tienen una percepción diferente a la de los budistas europeos o norteamericanos.
En general, en el budismo se considera que la sexualidad es una manifestación importantísima a nivel humano de la energía vital universal. Es la fuerza capaz de unir a dos seres y de crear nueva vida. La sexualidad puede ser fuente de vida, de gozo, de comunicación, de éxtasis o… todo lo contrario: puede provocar dolor, soledad, depresión, frustración, dependiendo de la actitud interior del individuo.
Para el budismo, la sexualidad en sí no es buena ni mala, es un instinto natural que forma parte de la naturaleza humana. No obstante, el hecho de que la sexualidad sea fuente de gozo y felicidad o de dolor y pesadumbre depende finalmente del estado mental interior de individuo.La tradición budista se sitúa más allá de las actitudes extremas del hedonismo y del ascetismo. Tanto la búsqueda compulsiva del placer como el rechazo del mismo conduce a un estado extremo y antinatural.
El placer forma parte de la experiencia humana, por ello no podemos negarlo. El dolor también forma parte de la experiencia humana, por ello es inútil huir de él. El placer sexual es sólo placer sexual: una experiencia frágil y transitoria que no puede colmar por ella misma el anhelo de felicidad y de bienestar que impulsa a los seres humanos. El budismo enseña que todas las sensaciones son transitorias e impermanentes y nos insta a buscar un estado de felicidad y de bienestar más allá de las sensaciones, sin negarlas ni rechazarlas.
La relación sexual en la pareja es sólo uno de los muchos aspectos que entran en juego en la relación. Desde el punto de vista del budismo es un error sexualizar la pareja, es decir, hacer de la sexualidad el eje central de la relación de pareja. La sexualidad juega un papel fundamental pero los seres humanos no somos exclusivamente animales sexuales. Los vínculos afectivos, la comunicación, el respeto, los proyectos de vida compartidos, la crianza y la educación de los hijos constituyen también ejes centrales sobre los que se edifica la pareja.

- Hay algún texto que lo aborde directamente, ¿cuál?

- La sexualidad nunca ha sido un tema de atención especial en las escrituras budistas. En la época y en el entorno cultural en la que las escrituras fueron codificadas la sexualidad no constituía un tabú. Es cierto que desde el principio de su formulación, los diez preceptos budistas incluyeron uno relativo a la sexualidad. En el caso de los monjes y monjas, este precepto prescribía el celibato. En el caso de los laicos, el precepto se refería básicamente a no cometer adulterio. A parte de eso, el budismo no ha querido entrar nunca en la vida privada. Aún así, repito, dado que en el budismo no hay ni ha habido nunca ninguna autoridad tipo Papa católico ni ninguna institución tipo Vaticano, cada escuela, cada maestro aconseja según sus propios criterios tendiendo siempre presente un gran respeto por la vida privada, ya que el Budismo no es una tradición dogmática ni reguladora de la vida privada de los practicantes.

- ¿Existe un matrimonio religioso dentro del budismo?

- Existe. Cada tradición, cada escuela e incluso cada maestro sigue su propio ritual. En la tradición zen existe un hermoso ritual, con fuerte inspiración tántrica. En los últimos años he oficiado en varias ocasiones este ritual porque cada vez son más los españoles que quieren casarse por el rito budista.

- ¿Se permiten las prácticas sexuales fuera de la pareja?

- Repito que el budismo no es un religión reguladora del comportamiento cotidiano de sus seguidores, sino más bien una fuente de inspiración y una experiencia (básicamente a través de la meditación) a partir de la cual cada uno es alentado a actuar según su propia conciencia. Por ejemplo, los seguidores españoles de la tradición budista zen, cuando realizan la iniciación al camino del Buda, reciben Diez Preceptos o normas básicas de vida. El tercero de ellos nos insta a "no seguir una sexualidad errónea", así, en general. Cuando me preguntan qué significa esto respondo que la práctica sexual no debe ser causa de dolor ni de sufrimiento para los que la practican ni para terceras o cuartas personas relacionadas con ellos. Si nuestra práctica sexual genera dolor y sufrimiento en nosotros o en otros, nuestro gozo no puede ser completo. A partir de aquí, cada uno debe actuar según su propia conciencia sabiendo que todas nuestras acciones tienen efectos en los demás y que las acciones de los demás tienen efectos en nosotros. Si la meta del practicante budista es el bien de todos los seres vivos, no puede practicar una sexualidad que sea fuente de dolor y de aflicción para sí mismo o para los demás.

- Dentro de la pareja, ¿existe algo prohibido o que se considere pecado?

- Vuelvo a repetir que el camino budista no regula la vida íntima de sus seguidores. La relación sexualidad-pecado tiene su origen en la tradición judeo-cristiana y no puede ser extrapolada universalmente. Habría que saber sin embargo, que el término "pecado" quiere decir etimológicamente en su origen griego "error en el tiro" y en la antigua Grecia se refería al arte de la arquería. Un pecado era pues un error de cálculo en el tiro. Desde este punto de vista podemos decir que ciertas actitudes con respecto al sexo son "errores de cálculo" y, por lo tanto, pecado en su sentido original. Por ejemplo, una sexualidad que genere apego, adicción, posesividad y en definitiva dolor y sufrimiento es un error de cálculo puesto que lo que se pretende con la relación sexual es alcanzar un experiencia de placer, gozo, satisfacción y bienestar.

- ¿Qué hay sobre las relaciones homosexuales?

- La tradición budista no anatemiza las relaciones homosexuales. La práctica de la homosexualidad ha sido habitual en muchos monasterios budistas a lo largo de la historia, sobre todo dado que los monjes y las monjas han tenido prohibido durante siglos el matrimonio y las relaciones heterosexuales en casi todas las tradiciones Aunque la homosexualidad en los monasterios no se aireara públicamente, las sociedades budistas de Asia han sido muy tolerantes a este respecto. Actualmente, en Estados Unidos, por ejemplo, muchos abades y abadesas de templos y monasterios budistas son abiertamente homosexuales, sin que ello asombre no escandalice a sus seguidores.

- ¿Los monjes budistas pueden casarse y tener relaciones sexuales?

- En la antigüedad, los monjes eran obligatoriamente célibes en todas las tradiciones budistas. Las escuelas budistas japonesas fueron las primeras que permitieron el matrimonio de los sacerdotes budistas, a finales del siglo XIX. Actualmente, el 99 % de los monjes o sacerdotes budistas japoneses están casados y compaginan sus deberes religiosos con su vida familiar. Sin embargo, esta situación es criticada por otras tradiciones budistas más tradicionalistas, como la Theravada , que se haya extendida por el sureste asiático y en la que los monjes siguen conservando estrictamente el celibato.
En este sentido, la tradición budista tibetana también está evolucionando rápidamente debido a que muchos de sus monjes viven o viajan a menudo a Europa y estados Unidos. En la tradición budista tibetana, los monjes pueden rescindir fácilmente su compromiso de celibato. De hecho, la mayor parte de los monjes budistas tibetanos que vienen a Occidente terminan por abandonar su condición de monje para poder casarse y continuar su práctica y enseñanza desde un estado más libre y esto me parece un buen signo.

- ¿Qué mitos sobre budismo y sexualidad habría que aclarar?

- El hecho de que el budismo no enseñe una ética intolerante ni sea una religión reguladora de la vida privada no quiere decir que sea una actitud permisiva en el sentido de que todo vale en el terreno de la práctica sexual. El budismo es un camino de despertar de la conciencia y del sentido de responsabilidad y el manejar adecuadamente esta gran fuerza que la naturaleza nos ha dado requiere integridad y responsabilidad. El camino medio es siempre aconsejable. Alejarse de las actitudes extremas del hedonismo y del ascetismo, del apego o del rechazo con respecto al placer sexual.

- ¿El budismo reconoce una energía sexual que pueda canalizarse hacia la espiritualidad, tal como ocurre con el tantra en el hinduismo?

- En el budismo se dice que la energía sexual y la energía espiritual es la misma energía. De hecho, todos los fenómenos del universo son la misma y única energía de la vida. La energía sexual puede ser refinada. El deseo que acompaña a la actividad sexual puede ser educado y dirigido hacia un estado de felicidad y de gozo mayor que el que proporciona el contacto sexual, sin negar por ello el placer propiamente sexual. En cualquier caso, sexualidad y espiritualidad no son dos conceptos antagónicos en la tradición budista, sino perfectamente compatibles. Todo depende de la actitud interior del individuo. Y a esto precisamente va dirigida la enseñanza budista: a la actitud interior con la que abordamos nuestras experiencias en la vida.

Fuente: Revista QUO

Viviendo el zen en medio de la vorágine


«Viviendo el zen en medio de la vorágine, quizá ésta deje de serlo »

Entrevista a Dokushô Villalba Maestro Soto Zen.

Dokushô Villalba descubrió a los 20 años que el catolicismo no respondía a todas sus preguntas y fue entonces cuando decidió seguir el camino del zen. Dos décadas después de ser nombrado maestro Soto, este fin de semana dirige en Nigrán el seminario «La muerte a la luz del Budismo».

-¿Qué es exactamente el zen?

-El zen no es una filosofía, no es una religión al uso. Se trata de un despertar espiritual que nació hace 2.500 años y que se basa en una profundo contacto con uno mismo y con la naturaleza a través de la meditación.

-¿La moda está devaluando el término?

-En cierto modo sí. Lo está convirtiendo casi en un estilo de decoración, en esta tendencia de la sociedad de hacerlo todo superficial. Pero por otro lado ayuda a que la gente entre en contacto con la tradición.

-El zen se basa en la meditación. ¿En qué consiste?

-En sentarse y no hacer nada. En dejar que todo se haga, dejar que los pensamientos fluyan y evolucionen. Es principalmente un estado de contemplación. -Entonces, ¿vivís aislados de la vorágine de la sociedad actual? -Aislarse es imposible. Los seres humano somos nuestras relaciones. El zen no pretende una vida bucólica, todo lo contrario, es una forma de afrontar los problemas cotidianos. Viviendo el zen en medio de la vorágine, quizás la vorágine deje de serlo.

Fuente: La Voz de Galicia
http://www.lavozdegalicia.es/santiago/2008/06/06/0003_6882505.htm

sábado, 21 de febrero de 2009

Mostachón de Oro Ciudad de Utrera

El maestro Zen utrerano Dokushô Villalba elegido como Mostachón de Oro de la Ciudad de Utrera.

sábado, 21 de febrero de 2009.

Con el Mostachón de Oro a la trayectoria desierto y el Mostachón Oro de la Ciudad de Utrera por su labor en el ultimo año al maestro Zen utrerano Dokushô Villalba, han quedado designados los galardones que la Orden del Mostachón de Utrera concede anualmente a destacadas personalidades o entidades utreranas.
Como es ya tradicional en los días cercanos a la festividad el Patrono de la Ciudad de Utrera, la Orden del Mostachón se reúne en asamblea plenaria de todos sus miembros para designar los Mostachones de Oro de la Ciudad de Utrera, con lo que se distinguen a personas o entidades que han resaltado, bien por estar vinculados a Utrera, bien por llevar el buen nombre de Utrera.
En esta ocasión la reunión tuvo lugar por primera vez en el conocido Restaurante Casa Valentín y el resultado de las deliberaciones acabaron dando sólo el Mostachón de Oro de la Ciudad de Utrera como personalidad destacada durante el pasado año al maestro Zen y utrerano Francisco Dokushô Villalba, un utrerano que en 1978 recibió en París la ordenación de monje soto zen de su primer maestro Taisen Deshimaru, con quien durante varios años estudió el zen y colaboró estrechamente en la difusión de la práctica de la meditación hasta su fallecimiento, y de Shuyu Narita Roshi, abad del Templo Todenji, en la norteña provincia de Akita, Japón, de quien en 1987 recibió la Transmisión del Dharma, convirtiéndose así en el primer maestro Soto Zen español de la historia
La Orden del Mostachón es un institución sin ánimo de lucro fundada allá por los años setenta, de la mano de varios amigos conocedores y profesionales de los medios de comunicación, cronistas y periodistas más relevantes de la ciudad en todos sus ámbitos, además de un nutrido grupo representativo de la ciudadanía utrerana que se eligen cada cuatro años, junto al alcalde de Utrera como presidente de honor y al concejal de Cultura como otro miembro más, se reúnen anualmente para destacar a personas o entidades que colaboren a engrandecer el buen nombre de la ciudad de Utrera.
Para este año, y como ya es tradicional, será durante los días previos a la Feria de Utrera de 2009, en un acto público, cuando se realice la entrega del Mostachón, en esta ocasión Marta Montoya ha sido la elegida para que sea ella quien haga el ofrecimiento al Maestro Zen utrerano.



www.utrera.org/
es.wikipedia.org/wiki/Utrera