viernes, 4 de junio de 2010

La mujer en el budismo, según Eihei Dôgen


El fin de semana del 11 al 14 de junio, impartiré en el Monasterio del Soto, Cantabria, un seminario sobre el capítulo del Shôbôgenzô titulado Raihai Tokuzui. Raihai es un término dificil de traducir pues incluye una amalgama de significados tales como veneración, devoción, respeto, admiración, entrega, confianza, abandono, obediencia, etc. Se le llama raihai, por ejemplo, a las postraciones budistas. Tokuzui es una expresión japonesa de origen chino que significa "obtener la médula", entendiendo por médula lo esencial, lo más valioso. El título de este capítulo puede ser entendido como obtener la médula del maestro a través de raihai. Dôgen describe cuál debe ser la actitud de los discípulos y estudiantes con respecto al maestro, o a la maestra.

En este texto, más que en ningún otro, Dôgen aborda el asunto de la posición y la función de la mujer en las comunidades budistas japonesas y chinas, con una amplitud de miras muy actual y sorprendente para el un líder espiritual del siglo XIII.

A continuación, un extracto del Raihai tokuzui, cuya versión en español acabo de concluir en estos días:

Hoy día hay mucha gente que es profundamente ignorante y que cree que las mujeres son únicamente objetos de lujuria. Así es como las ven y no quieren corrregir su manera de percibir. Los seguidores del Buda no deberían comportarse de esta manera.

Si se desprecia a las mujeres viéndolas únicamente como objetos de lujuria, ¿no se debería despreciar igualmente a todos los hombres? En lo que se refiere al deseo sexual, los hombres también pueden ser objetos [de atracción sexual], al igual que las mujeres. Los que no son ni mujeres ni hombres igualmente pueden ser objetos de deseo; los fantasmas y las ensoñaciones de  flores en el cielo  también pueden ser objetos de deseo. A veces, el deseo ha sido generado por una imagen reflejada en el agua. Otras, el deseo ha sido generado por el sol brillando en los cielos. Los dioses y las diosas pueden ser objetos de atracción sexual e incluso los demonios pueden serlo. Es imposible contar el número de causas que estimulan el deseo sexual. Aunque se ha dicho que existen 84.000 objetos [en el cosmos]. ¿Vamos a despreciarlos todos? ¿Vamos a dejar de contemplarlos?

En el Vinaya se dice:

En el hombre hay dos lugares; en la mujer hay tres lugares. [La violación de esos lugares] constituye una falta imperdonable que requiere la expulsión de la comunidad". (1)

Si tuviéramos que despreciar a las personas por el hecho de ser suceptibles de convertirse en objeto de deseo sexual, entonces los hombres y las mujeres tendríamos que despreciarnos los unos a los otros. Y si esto fuera así, no habría manera de cruzar [a la otra orilla]. Las implicaciones de esta verdad deben ser examinadas cuidadosamente.

Es cierto que algunos no-budistas no toman esposas, pero eso no quiere decir que no sigan siendo no-budistas, puesto que siguen albergando opiniones erróneas y porque no han entrado en el buddhadharma. Entre los discípulos laicos del Buda hay muchos que son esposos o esposas. Pero no hay nadie ni entre los humanos ni entre los dioses que les llegue a los discípulos laicos del Buda a la altura de los hombros.

En la China de los Tang hubieron monjes ignorantes que hicieron estos votos:

Durante mucho tiempo, durante muchas vidas, durante muchas generaciones, hago el voto de no mirar nunca a una  mujer”.

¿En qué enseñanzas se basa esto? ¿Se basa en las enseñanzas de los Budas? ¿Se basa en las enseñanzas de los no-budistas? ¿Se basa en las enseñanzas de Mara? ¿De qué ofensas son culpables las mujeres? ¿De que virtudes están dotados los hombres?  Para las personas malvadas, éstas se encuentran solamente en los hombres. Para las personas buenas, éstas se encuentran también en las mujeres. La aspiración de recibir el Dharma y la búsqueda de la liberación no dependen ciertamente de que se sea hombre o mujer. Si las ilusiones no han sido disueltas, tanto da que se sea hombre o mujer, esas ilusiones siguen estando no disueltas. Cuando las ilusiones han sido disueltas y se experimenta la verdad, no hay diferencia entre el hombre y la mujer. Además, si haces el voto de no mirar nunca a una mujer, ¿debes entonces rechazar a las mujeres cuando proclamas:

Por numerosos que sean los seres,
hago el voto de liberarlos a todos”? (2)

Si las rechazas, no eres un bodhisattva. ¿Llamarías a esto “la compasión de los Budas”? Puesto que [los monjes que hacen el voto de no mirar a una mujer] están profundamente intoxicados por el vino de los sravaka (3), esas son palabras estúpidas inducidas por la ebriedad. Los seres humanos y los dioses no deberían creer en [esta cháchara].

Por otra parte, si desprecias a aquellos que han cometido faltas en el pasado, entonces deberías despreciar también a los bodhisattvas. Si desprecias a la gente porque probablemente cometerán faltas en el futuro, entonces deberías despreciar también a todos los bodhisattvas cuya motivación es la realización de la budeidad. Si desprecias a la gente de esta manera, tendrás que despreciarlos a todos.  Entonces, ¿cómo realizarás el Dharma del Buda?

Palabras tales como “hago el voto de no mirar nunca a una mujer” son la cháchara loca de gente ignorante que no entiende el Dharma del Buda. ¡Qué triste!

De acuerdo a dicho voto, Sakiamuni y todos los bodhisatvas del mundo son culpables de haber cometido tal falta. ¿O crees que sus mentes iluminadas son más superficiales que la tuya? Deberías reflexionar sobre esto con calma. Puesto que este voto no existía en tiempos de los ancestros que recibieron la transmisión del Dharma y de los bodhisatvas que fueron contemporáneos del Buda, debes pensar con detenimiento si eso se desprende o no de las enseñanzas del Buda. Si actúas en conformidad con este voto, no sólo no podrás liberar a las mujeres, sino que cuando las mujeres que han realizado el Dharma salgan al mundo para proclamarlo en beneficio de los seres hombres y de los dioses, entonces no podrás ir a escucharlas. Si no vas a escuchar su enseñanza, entonces no eres un bodhisattva; eres un no-budista.

Cuando hoy día reflexionamos sobre el gran país de los Song, podemos darnos cuenta de que algunos monjes parecen haber practicado un largo período de tiempo flotando en el mar del nacimiento y la muerte, contando vanamente los granos de arena en la playa. Por otra parte, hay algunas mujeres que han ido a interrogar a amigos de bien sobre el Dharma y que, después de haber hecho agotadores esfuerzos para seguir la Vía, se convirtieron en guías y maestros de los seres humanos y de los dioses. Tenemos el ejemplo de la anciana que no quiso vender sus rosquillas al maestro Deshan, prefiriendo en lugar de ello arrojarlas al suelo. ¡Qué triste es que, aunque Deshan era un monje varón, había malgastado su tiempo en vano, contando los granos de arena en la playa sin obtener, ni siquiera en sueños, un vislumbre del Dharma de Buda!

Cuando mires un objeto, debes aprender a comprenderlo claramente. Si aprendes a verlo sólo como algo que temer y de lo que hay que huir, estás siguiendo la enseñanza y la práctica de los sravaka hinayana. Si huyes del este y te ocultas en el oeste, te darás cuenta de que en el oeste también hay objetos. Aunque creas que tu huída ha sido beneficiosa, si no comprendes con claridad el asunto, los objetos persisten tanto en lugares lejanos como en lugares cercanos. Cuanto más te alejes de los objetos, mayor será tu apego a ellos.


Escrito en Koshoji el día antes del solsticio de invierno, primer año de la era Ninji.
[20 December 1240] por Dôgen


Traducido al inglés por Stanley Weinstein
Traducción del inglés al español de Joaquín López.
Versión definitiva de Dokushô Villalba

Notas

(1). Dogen parafrasea aquí uno de los Vinayas, muy probablemente un pasaje de la Cuarta Sección del Vinaya (Sifen lu, en chino), que dice que un monje es culpable de una falta imperdonable si inserta, con “intención lujuriosa”, su pene en el ano o la boca de un hombre o en el ano, la vagina o la boca de una mujer.
(2). El primero de los cuatro grandes votos que hace el bodhisattva.
(3). Sravakas en sánscrito, se designa así a los seguidores del budismo theravada, cuya meta religiosa es la propia liberación del samsara.
(4). Sobre esta historia véase el capítulos “Shin Fukatoku”del Shôgôbenzô.


4 comentarios:

  1. Estoy sorprendida. ¿Lo leen y aplican todos los contemporáneos, budistas o no?

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  2. Eihei Dôgen habla de un estereotipo. Resulta un texto extraño, da pena que haya tenido que defender la valía de las mujeres en el budismo. Igual de extraño que si dijera lo mismo de los hombres. Lo que no tengo claro es qué existe más allá de ese estereotipo, si existe algo... Gracias, Maestro.

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  3. hola, ante todo muy buenos dias. Solo queria comentarle que me siento profundamente atraida por el budismo desde hace tiempo, comence a informarme todo lo que pude acerca del tema, comencé a practicar la meditacion hace solo unos dias pero el beneficio que he conseguido es enorme, ahora siento una serenidad que no recuerdo haber experimentado antes y siento que he descubierto cosas que quedaron guardadas dentro de mi y nunca antes pude ver. Solo queria expresar lo feliz que me siento por este descubrimiento y felicitarlo por el blog, el cual encuentro muy util.Saludos, Amyra

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