
Como apunte, la paz también se puede encontrar en las bellísimas fotografías de las que también
Si no nos paramos nosotros por las buenas, la naturaleza nos va a parar por la fuerza
Fuente: http://lacomunidad.elpais.com/barambioes
Como apunte, la paz también se puede encontrar en las bellísimas fotografías de las que también
Si no nos paramos nosotros por las buenas, la naturaleza nos va a parar por la fuerza
Fuente: http://lacomunidad.elpais.com/barambioes
Nací en Utrera (Sevilla), soy hijo de jornaleros andaluces, estudiante de Magisterio y con muchos años de trabajo en la lucha social y política en los barrios más marginados a mis espaldas.
¿Cómo llegó hasta el zen?
Fue tras un momento de crisis existencial en el que me di cuenta de que los valores de la lucha política no tenían la profundidad que yo requería. En esa época el mundo se dividía entre ricos y pobres, entre malos y buenos. Pero me di cuenta que unos y otros sufrían y que los seres humanos somos muy infelices. Yo tenía poco más de veinte años y cayó en mis manos un libro sobre budismo y ahí encuentro muchas respuestas y comencé a meditar y a experimentar.
Y ¿qué es el zen?
El zen no es una filosofía, no es fruto de la elucubración, no es una ideología ni un sistema dogmático de creencias. Es una experiencia vital y existencial que tiene como base la práctica de la meditación.
¿Qué le parecen los valores de las sociedades occidentales como la nuestra?
El dinero es hoy el dios al que todo el mundo adora y el mercado es la religión universal. Las religiones han pasado ser algo así como folclórico y residual en cuanto a su influencia. Y el rito de expiación actual es la producción y el consumo, y la creencia universal es en el progreso entendido como crecimiento ilimitado en el que todas las necesidades materiales puedan ser satisfechas. Hoy no hay más horizonte que el “produce y consume”.
¿Y cómo tenemos o cuidamos el espíritu y la felicidad?
La religión del mercado se basa en un error cognitivo, en una ilusión mental que
¿Qué es la felicidad y cómo propone alcanzarla?
La felicidad no es un estado estático. Es un equilibrio dinámico. El estado de felicidad es un estado de autorregulación interior, además de armonía y sincronización con el medio ambiente. Desde este punto de vista tenemos que saber cuáles son nuestras necesidades reales y no seguir las necesidades creadas, que lo único que hacen es enajenarnos.
¿Qué propone el zen para ayudarnos a ser más felices?
El zen propone: “siéntate y siéntete”. No se trata de creer en nada, sino de sentirse a uno mismo. Toma contacto profundo contigo mismo. Hoy sacrificamos la felicidad emocional por tener acceso a bienes de consumo y así es cuando somos desgraciados.
¿A quien recomienda este libro?
A personas de entre 30 y 50 años. Aunque la meditación zen no es intelectual, es una pura toma de contacto contigo mismo. Es un libro para personas que han vivido, que han conseguido más o menos lo que querían pero que se siguen sintiendo vacíos; ¿por qué?, ¿qué ha fallado? Aquí están las respuestas.
¿Quién ganará Oriente u Occidente, zen o mercado?
La cultura occidental se ha basado en la observación del mundo externo y la cultura oriental se ha concentrado en el cultivo interior. La colonización fue un enorme trauma para Oriente y la reacción de defensa fue acercarse a Occidente para conocer y hacerse más fuerte que el enemigo. La globalización
publicada por Natalio Blanco, en Cambio 16, el 14 de abril de 2008.
La corriente zen llegó a Occidente en la segunda mitad del siglo XX y desde entonces no ha parado de crecer y sumar adeptos. Pasó de ser conocida sólo por intelectuales y artistas a ser disfrutada por una cada vez más numerosa comunidad de seguidores. En Zen en la plaza del mercado (Aguilar) este reputado monje budista aporta muchas de las claves históricas y prácticas de esta corriente espiritual para que la meditación zen no tenga secretos para nadie y pase a ser una poderosa herramienta que nos ayude a comprender mejor el conflictivo y contradictorio mundo que nos ha tocado vivir, marcado por una potente y nueva religión: el dios Mercado y
Así que quieren hacernos creer que este es el único mundo posible, pero afortunadamente somos cada vez más los que creemos y sabemos que otro mundo es posible. El dinero es sólo un medio de transacción comercial, no un fin en sí mismo ya que el dinero en sí mismo no se puede comer, ni da calor ni protege del frío.
Foto: Francis Silva
Publicado por el diario SUR de Málaga, el 18 Abril 2008.Principio del formulario
SUENA el despertador. Son las siete de
Hace 30 años que en la vida de este sevillano se cruzó el zen, «una visión de la vida, de la realidad, de uno mismo que surge como fruto de la práctica de la meditación». Diez años después, tras una profunda e intensa preparación, fue nombrado maestro zen, el primer español en ostentar ese título. Desde entonces dedica sus días a fundar templos zen, transmitir su sabiduría y, por supuesto, a meditar al menos dos horas diarias. Ayer presentó en Málaga su última publicación, 'Zen en la plaza del mercado', en el que expone qué puede aportar esta rama budista a una sociedad «dominada por la ideología mercantilista, en el que los criterios mercantilistas son dogmas religiosos».
El zen «tiene un espacio en Occidente». No es una filosofía, una ideología, ni una religión. Por eso, defiende Dokushô, puede llegar a todas las clases sociales, a todas las profesiones, sin ser incompatible con la práctica de otra religión. Todo consiste en encontrar un hueco para «el silencio y la quietud».
La meditación es
El zen «no es un recetario, ni una técnica de bienestar al uso», pero plantea al individuo preguntas útiles para orientar su vida: cuáles son las verdaderas necesidades y aspiraciones, cuál es lo verdaderamente importante y por qué merece la pena dedicar la vida y el tiempo a algo. «Un dicho zen afirma que nada que no sea capaz de superar la muerte es realmente importante», apunta Dokushô. A partir de esa idea, el zen estimula la conciencia del hombre sobre la muerte y enseña que el tiempo de vida
Paz y felicidad
Y hay más. Según Dokushô, la meditación zen ayuda a comprender que «la paz y la felicidad dependen sobre todo del estado interior». De nada sirve, por tanto, «perseguir metas externas, correr detrás de objetos creyendo que la posesión de los bienes materiales es lo que nos va a dar paz».
Poco o nada tiene que ver esta visión de la vida con los populares jardines zen que se venden en centros comerciales. «Occidente trata de comercializarlo todo y miniaturiza los jardines zen y los convierte en objeto de consumo», señala. Para el maestro son, simplemente, «una pieza de decoración, una especie de 'pret a porter', un elemento de la cultura snob». En su opinión, la ignorancia y el afán mercantilista de occidente han «desnaturalizado» la palabra zen, aplicándola desde a un videojuego, a un iPod, o un gimnasio. «Sirve igual para un roto o un descosido», lamenta.
-¿Qué alforjas se necesitan para viajar al planeta zen?
-Este viaje puede hacerlo cualquiera que tenga una salud normal, física y emocionalmente.
-¿Qué lleva a la gente a acercarse al universo zen?
-Suele ser gente madura que se ha realizado profesional y humanamente y que, llegada a la estabilidad, se pregunta: ¿Hay algo mas? Esa inquietud existencial es lo que atrae a la mayoría a practicar la meditación zen.
-Pero usted fue ordenado con veintidós años.
-Siempre tuve mucha sensibilidad al sufrimiento. Fui educado en una escuela salesiana y luego empecé a trabajar en Acción Católica, de donde pasé a las HOAC (Hermandades Obreras de Acción Católica, germen de Comisiones Obreras), de ahí al PCE y acabé terminando en el grupo Liberación en torno a
-De las barricadas al zen. No sé si religiosa, pero es toda una experiencia.
-A los veinte años tuve una gran crisis ideológica. Me di cuenta de una cosa muy tonta y muy sencilla, pero muy real: los ricos también lloran y sufren. Algo muy importante, porque para mí en esa época el mundo se dividía entre ricos y pobres. Los pobres eran los buenos y las víctimas, y los ricos eran los malos y los verdugos. Tenía amigos burgueses y veía su dolor. Y me dije, la clave no está solo en el poder adquisitivo o la riqueza, hay causas más profundas del sufrimiento.
-Cayó del caballo y se dio de bruces con Buda.
-Más o menos. Empecé a leer libros de budismo y, sobre todo, asistí a la conferencia de un monje zen español formado en Francia, al que ayudé a abrir un centro de meditación. Al año tuve una especie de revelación, una apertura como lo l
-¿Qué puntos de unión hay entre el zen y otras religiones?
-La experiencia religiosa es una, es la misma en esencia para todos; después viene cómo cada tradición explique esa experiencia que, por naturaleza, es inefable, está más allá de las palabras y de los credos. La experiencia religiosa pura es un estado de unidad con la totalidad, la completa inserción del ser humano en el orden cósmico, llámesele Dios, Buda... es la comunión de los santos.
-Los místicos cristianos tampoco andarán lejos.
-A partir de mi experiencia en el zen descubrí la profundidad mística de Santa Teresa, San Juan de la Cruz, el maestro Eckhart... El zen me dio las claves para comprender
-¿Dónde arranca la práctica humana de la religión?
-Todas las prácticas religiosas tienen su origen en el chamanismo, que según Mircea Eliade es un conjunto de técnicas arcaicas para alcanzar el éxtasis místico entendido como un estado ampliado de conciencia expandido, en el que se percibe la realidad de una forma completamente distinta al estado ordinario.
-¿Cuál es el medio zen para llegar a la meditación? Los giróvagos bailan y bailan, otras religiones cantan, otros pasan las cuentas del rosario.
-Las técnicas chamánicas están basadas en enfocar la atención en el ritmo y en el sonido, por eso los instrumentos básicos son el tambor (pum, pum, pum) y el canto del chamán. Se trata de generar un ritmo respiratorio que induce el trance. Nosotros nos sentamos en meditación, y acompasamos el ritmo respiratorio y el cardiaco, en un proceso en el que el corazón es el tambor que lleva el ritmo básico de la vida.
-Tenemos en la retina a los monjes budistas en las revueltas de Birmania y Tíbet...
-En Oriente las órdenes budistas permanecen en el ámbito monástico, salvo en situaciones extremas, como en Vietnam con los monjes que se quemaban a lo bonzo. En Birmania y Tíbet han vuelto a darse esas situaciones extremas y los monjes se han solidarizado con el pueblo. Si no hubieran estado presentes, la matanza habría sido mayor.
Fuente: http://www.abc.es/20080406/domingos-domingos/maestro-dokusho-maestro-soto_200804060311.html
mdelafuente@abc.es