«El sosiego es gratuito, pero no nos educan para él»
Entrevista a Dokushô Villalba publicada por el Diario Montañés de Santander, el 7 de Octubre de 2006.
El movimiento de meditación zen va en aumento en toda España, donde 10.000 personas han realizado un retiro espiritual de este tipo en los últimos 17 años, según el maestro budista Francisco Dokusho Villalba, que estuvo en Santander este fin de semana para dirigir un retiro introductorio a esta práctica, que tiene más de 2.000 años de antigüedad.
-¿En Occidente somos muy ignorantes respecto a lo que supone lo zen? ¿Ve usted muchas ideas erróneas al respecto?
-Sí. Se tiende a ver el zen como algo exótico y lejano, algo que no tiene nada que ver con nuestra vida. Lo vemos como atrasado en el tiempo. Los más ignorantes tienden a pensar en una secta el zen, en realidad, es una actitud ante la vida muy antigua, pero totalmente actual, con la que se busca la calma mental.
-A mí me sugiere lentitud, relajo, silencio
-Es todo eso, planteado como una postura ante la vida. El zen es una forma de poner orden en nuestra mente. Todos los instantes pueden ser zen si sabemos interiorizar el proceso y ver todo lo externo de otra manera. La interiorización es importante, porque el zen no depende de las circunstancias exteriores a nosotros. Habitualmente, nuestra mente está como una olla llena de grillos, por los estímulos de fuera. Los retiros enseñan a dominar todo esto.
-Eso parece dificilísimo
-Fácil o difícil no es la cuestión. Lo que hay que ver es si la actitud es verdadera o falsa. A veces hay que hacer cosas imprescindibles, aunque sean difíciles. El zen requiere dedicación y esfuerzo, no surge de forma gratuita. Debe practicarse.
-¿Cómo se llega a esa calma mental?
-La gente suele llegar al zen por medio de alguna lectura, por un amigo, por un familiar Para empezar es importante dedicar un tiempo a la meditación, con un instructor, con el que se aprenden las claves básicas, por medio de las cuales los practicantes se hacen más conscientes de sus procesos mentales. El zen da respuesta al principio socrático de que no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita.
-¿El interés de Occidente por el zen se puede atribuir a una reacción contra la rapidez y la confusión?
-Se puede ver así. La gente no se da cuenta, pero la calma y el sosiego son gratuitos. No hay que pagar por ellos, sobre todo a nivel mental. En general, se lleva una vida agitada que conlleva una mente agitada, y viceversa. Por eso es muy importante la educación de los deseos. Deseamos mucho, y muy desordenadamente, alentados por la sociedad de consumo, que nos convierte en meros consumidores de objetos, lo cual no trae precisamente la felicidad, en la mayoría de los casos.
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