lunes, 2 de mayo de 2011

El Zen es la mayor patraña de todos los tiempos_25


Todos los aspectos de la realidad son satori

por Kodo Sawaki

En la Vía del Buda has de observar las cosas desde un punto de vista elevado, a fin de conservar en tu interior la paz. De ese modo serás uno con el yo cósmico, para después regresar y vivir totalmente sereno tu yo cotidiano.


Dentro del no-pensamiento (fushiryo) hay entierros y bodas. Hay verano e invierno. No te preguntes  si el verano es mejor o peor que el invierno. Contempla las diez mil distinciones desde el no-pensamiento.

Sabemos que no existe un “yo” y, sin embargo, nos hacemos daño cuando caemos al suelo. ¿De dónde viene este dolor? Todo el universo es uno con este dolor. Eso es todo.

Si tú sigues el curso de las cosas, cielo y tierra siguen el curso de las cosas. Cuando nadas a contracorriente, también el cielo y la tierra van contracorriente. En esta vida no hay ninguna razón para perseguir nada ni huir de nada. Por eso digo: ¡alto el fuego! Si te das completamente carece de importancia el que sigas el curso de las cosas o nades a contracorriente.

Cuando se habla de abarcar con la mirada el paisaje cósmico de un vistazo, eso no tiene nada que ver con la distancia. Lo determinante es la precisión en el enfoque. Has de negar todas tus ideas ilusorias. Todo lo que has ido poniendo en tu cabeza es falso. Todo lo que crees y piensas es falso. Si de esta manera lo niegas todo, al final ya no quedará nada. Eso significa que te habrás quitado las gafas tintadas. Entonces, de repente, verás las cosas como realmente son.

No hay complicación alguna: las cosas son sencillamente como son. Y eso es todo. Y si está bien así o no, no tiene absolutamente ninguna importancia.

¿Qué es satori? Todos los aspectos de la realidad son satori. Satori no es un estado psicológico especial que experimentas en un determinado momento y lugar. Eso es una fantasía. El zazen sin límites espacio-temporales es el auténtico satori.

¿Crees que tu práctica religiosa podría llevarte al satori? No, tu misma práctica es satori.

Te esfuerzas en alcanzar tu satori. ¡Eso es como si quisieras colgarte un aro en la nariz!

¿Quieres liberarte? ¡Deja eso en manos del Buda! Si invocas el nombre de Amithaba Buda solamente con la esperanza de que él te libere, tu fe en Buda no es pura.

Mientras lo contemples todo bajo la perspectiva de tus opiniones personales te encontrarás sumido en un sueño.

Si crees realmente en Buda mientras invocas su nombre, el paraiso radica en la propia invocación.

Lo creas o no, zazen es Buda. Más allá del marco de tus opiniones y deseos.

Zazen significa simplemente sentarse, sin nisiquiera pensar en que convertirte en Buda. Zazen es la mayor paz que puede haber en esta vida.

Espíritu ilimitado, sereno”[1]. No hay en ello nada extraordinario. No has de hacer nada, como una pluma que se balancea en el aire. Cuando la pluma cae al suelo, cae al suelo. Hay quien deposita sus esperanzas en tener una vida tan larga como sea posible. Pero no tenemos que esforzarnos en llegar a los setenta u ochenta años. Cuando mueras, muere sin más.

Has de regocijarte en tu muerte. Cuando ves una mujer bella te haces ilusiones, al igual que cuando hueles algo sabroso. Todos tus problemas radican en este cuerpo. Cuando este cuerpo se vaya marchitando, deberías respirar aliviado: “¡Al fin me liberaré del sufrimiento!”.

¿No es nuestra verdadera tarea en esta vida regresar a nuestro espíritu original y propio? Todo lo demás son sólo burbujas que flotan sobre el agua...


[1] Expresión contenida en el Eihei koroku, de Dôgen Zenji.

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