Rebelión ciudadana contra las £ € ¥ € $

El ingenio humano es ilimitado. Durante las manifestaciones de protesta ciudadana contra las medidas económicas y la orientación política del gobierno, podemos observar pancarta y grafitos llenos de inspiración, síntesis e ingenio. Este es el caso de la pancarta que lleva escrita la palabra LEYES con la siguiente grafía: £ € ¥ € $, formada por los símbolos que representan a la libra esterlina, al euro, el yen y el dólar. Esa simple palabra, escrita así, expresa muy concisamente la madre del cordero de lo que estamos viviendo: las £ € ¥ € $ que se cuecen en el Congreso de los Diputados no están hechas para los ciudadanos, ni son las que los ciudadanos queremos, ni benefician a los ciudadanos. Nuestros señores diputados legislan para la élite económica y política, para el beneficio de los grandes banqueros y empresarios, para el capital, para los grupos financieros autóctonos y extranjeros. Las leyes aprobadas por el Congreso quitan dinero de la sanidad, de la educación de la cultura, de los servicios sociales, para dárselo … a los bancos que han sido llevados a la quiebra, no por los ciudadanos, sino por los ejecutivos de la banca y de las grandes agencias financieras, quienes continúan recibiendo salarios lujuriosos por haber hecho lo que precisamente han hecho.

¿Quién puede extrañarse que los ciudadanos nos rebelemos? Nuestra rebelión es la medida de nuestra salud social, humana y democrática. Es un ejercicio de sentido común y de dignidad. ¡Estos políticos no nos representan! Han engañado a los ciudadanos. Son lobos que se presentaron a las elecciones con piel de cordero, apoyados por los grandes medios de (des)información de masas, apoyados por los grandes centros de poder económico en la sombra. Consiguieron engañar a la ciudadanía y están promulgando las £ € ¥ € $ que dijeron que no iban a promulgar, haciendo justo lo contrario de lo que dijeron que harían. Por eso, lo que estamos viviendo no es una crisis, ¡es una estafa! Estos políticos son empleados de la gran banca y del gran capital, no representantes del pueblo. Por eso deben disolver el Congreso, dimitir en bloque y convocar unas nuevas elecciones en la que los programas electorales deberían ser firmados ante notario. ¿Habrá algún grupo político, verdadero representante de los anhelos de los ciudadanos, que esté a la altura de las circunstancias? Ya veremos.